Cuando por aquel 23 de junio de 1991 apareció la que sería la mascota definitiva de SEGA, nadie dudó de la tremenda proyección que tendría el erizo azul, Sonic the Hedgehog es un juego de mega drive que todos los gamer de esa época recuerdan con cariño y a su vez, también es un referente para todos aquellos amantes de los juegos de plataformas en dos dimensiones.

Después del éxito arrollador de las primeras partes, Sega quiso evolucionar al personaje y el sistema de jugabilidad, para adaptarlo a los nuevos tiempos donde los juegos en tres dimensiones se llevaban el gato al agua, creando a partir de ahí una serie de títulos en los que la esencia de Sonic quedaba algo difusa, en pro de juegos rápidos con varios personajes.

El pionero fue Sonic Adventure para Dreamcast, para luego dar paso a uno de los peores juegos de Sonic para Playstation 3 con un nefasto control y un argumento inexistente. ¿Quien lo iba a decir que las cónsolas de Nintendo serían las que más juegos de Sonic albergarían? Al margen de esa ironía, todos los títulos están muy por debajo de la franquicia en los años 90.

El propio Jim Dyer, manager de producto de SEGA, ha confesado que a pesar los intentos de evolucionar, no siempre han conseguido la mejor fórmula, de hecho confiesa que se les debe a todos los fans un juego en condiciones y es ahí donde los dos nuevos proyectos empiezan a cobrar fuerza, Sonic Mania y el ahora renombrado Sonic Forces, son el futuro del erizo.

Mientras que por un lado uno ofrece una jugabilidad en 2D, recuperando escenarios de la franquicia, el otro opta con la opción en 3D y la velocidad, pero dotando a Sonic de mayor fuerza y consistencia, centrando toda la historia en él, con la ayuda del Sonic más pequeño y regordete. Es cuestión de tiempo ver si con esta evolución habrán conseguido acertar.